Colgamos al teléfono y me lo pregunto
Tengo miedo de la respuesta
Últimamente las respuestas se quedan tendidas en el aire sin ser vociferadas
¿No están? O ¿No las quiero escuchar?
¿Te quedaras? ¿Vas a estar ahí siempre?
El día que te hable desde el hospital, cuando lleve una semana perdida en aquel bosque donde voy de forma recurrente o aquellas veces que solo puedo ver llover desde mi ventana.
"Pero, yo quiero saber de tu vida" dejas el mensaje de forma tan casual, ignorante de lo que puede haber detrás.
El color negro me hipnotiza, los girasoles de Van Gogh me dan melancolía, aprendí a pronunciar el portugués solo para cantar mi canción favorita, la película que más atesoro no la encontraras por ninguna parte, mi sueño siempre ha sido bailar en puntas y cantar. Entonces dirás que admiras mi inteligencia, adoras mi elocuencia al hablar de muchos temas y lo interesante que soy.
Pero después sobre-compartiré sobre feminismo, notaras mi tendencia a vomitar por ansiedad, que me mareo a diario, te darás cuenta que me se todos los síntomas de cada enfermedad que casi nadie puede pronunciar y que a veces lloro toda la noche sin saber porque.
Mis rizos, aquella tarde en parque España, los besos, el sexo, caminar de la mano, las ideas del futuro, las canciones que cantamos juntos y las fotos de nuestras mascotas ¿Serán suficientes para que te quedes?
La respuesta a sido pronunciada antes, solo tiene dos letras y no eres tu.