martes, 7 de julio de 2015

Laila

Laila.
Ella es normal, simple, básica.
Ella es quien aplaude; quien felicita.
Solitaria.
Triste, melancólica, ingenua.
Quien escucha por horas.
Quien aconseja.
Tiene una sensibilidad frágil.
Ama mirar a la luna en sus noches de insomnio.
Su pasatiempo es contemplar su vida y soñar en un futuro irreal.
Sus ojos se hacen agua con un mínimo toque en el corazón.
No hay diferencia si ella esta o no.
No tiene huella en la vida.
Ni historia de amor.
Ni canción que cantar.
Triste.
Fría.
Solitaria,
Suicida.
Esta es la historia de Laila: normal, simple básica.
Tristes, melancólica, ingenua.
Mira las estaciones pasar: invierno, primavera, otoño.
Otoño.
Otoño, observa las hojas caer a sus pies; ama su crujir, son frágiles al  igual que su ser.
Triste.
Fría
Solitaria.
Respira, pero no está viva.
Sueña, pero no duerme.
No tiene huella en la vida.
Ni historia de amor.
Ni canción que cantar.
Sus ojos transmiten su simplicidad.
Observa por su ventana la vida de todos pasar.
Ella es Laila, la chica que intenta volar.
Ella es Laila, que intenta reunir el valor de poner el punto final, a esta historia
sin comienzo ni final.
Punto final, a esta vida sin vida.
Triste.
Fría.
Solitaria.

Suicida.

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